Después de 60 años, Gran Bretaña vuelve a competir en una America´s Cup. El barco de Ben Ainslie y Jim Ratcliffe fue muy superior al Luna Rossa italiano de Jimmy Spithill.
La Louis Vuitton Cup, la que elige al challenger que competirá por la America´s Cup, tiene dueño: INEOS Britannia. Ben Ainslie levanta la copa (Foto: Ian Roman / America´s Cup)
Barcelona (Darío D’Atri, especial para Clarín). Se acabó el sueño italiano. Se acabó el sueño del Luna Rossa Prada Pirelli. Inglaterra volverá a competir en una America´s Cup después de 60 años. INEOS Britannia, el barco del multimillonario Jim Ratcliffe, fundador y dueño de la empresa petrolera INEOS y ahora dueño de la mayoría del paquete accionario del Manchester United, derrotó a los italianos y se quedó con la Louis Vuitton Cup, la copa que elige al que será el “challenger” del actual campeón y dueño de la America´s Cup, el Emirates Team New Zealand.
Sesenta años después de la America´s Cup de Newport, en 1964, cuando el New York Yacht Club venció a los británicos, Inglaterra vuelve a la liga mayor de la máxima competencia náutica del planeta por una sola razón: la paciencia implacable de Sir Ben Ainslie, el skipper del INEOS Britannia. Doce años después de armar su primer equipo, BAR, Ben Ainslie Racing, el máximo regatista inglés de la modernidad logró hoy llevar un barco con la Union Jack, la bandera británica, a una America´s Cup.
Sir Ben Ainslie es el máximo ganador de oros olímpicos de la historia de Inglaterra. Ganó plata en 1996 en Atlanta, y luego cuatro oros consecutivos, en Sídney, Atenas, Pekín y Londres. Sólo la leyenda de la vela de Brasil y el mundo, Torben Grael, consiguió ganar cinco medallas en vela olímpica como Ainslie.
Pero esa historia pasada parece no importarle a este inglés de 47 años. La única cosa importante para cualquier navegante británico es ganar la America´s Cup y llevar esa competencia nuevamente a puertos ingleses. En 1851, para celebrar la Exposición Universal de Londres, el Royal Yacht Squadron de Cowes invitó a su regata anual alrededor de la Isla de Wight a Estados Unidos, que inscribió por el New York Yacht Club a la goleta America. Los norteamericanos, que había puesto a prueba al America cruzando el Atlántico en pocos días, derrotaron a toda la flota del Royal Yacht Squadron y se llevaron a casa un trofeo que pocos años después transformaron en el máximo objeto de deseo de cualquier regatista del planeta: la Jarra de las Cien Guineas. Así nació la America´s Cup y así nació la obsesión británica por ganar lo que nunca pudieron. Ben Ainslie, patrón del INEOS Britannia que acaba de derrotar al Luna Rossa Prada Pirelli italiano y quedarse con el título de “challenger” de la próxima America´s Cup (Barcelona, 12 al 27 de octubre), quiere de una vez por todas recuperar la Jarra de las Cien Guineas.
Ainslie es implacable. Y derrotó hace unas horas a otro navegante implacable, a un australiano que ha pasado la mayor parte de su vida regateando para norteamericanos e italianos, Jimmy Spithill, el timonel principal del Luna Rossa Prada Pirelli. Spithill conoce bien a Ben Ainslie, y sabe que mejor es tenerlo de amigo, no como adversario.
En la America´s Cup de 2013, en San Francisco, cuando el australiano timoneaba el barco norteamericano, Oracle Team USA, y perdía 1-4 frente a Team New Zealand, Spithill echó a su táctico y sentó en la popa del Oracle a Ben Ainslie. Spithill siguió perdiendo regatas hasta quedar 1-8, a una regata del knock out de los kiwis… Pero Ainslie empezó a acertar con los bordes, acertar con su mirada del campo de regatas y a dar cada vez más y mejores órdenes a Spithill. ¿Resultado? La mayor remontada de la historia de la America´s Cup: Oracle Team USA ganó por 9-8 la competencia y mantuvo en Estados Unidos el título que había arrebatado al Alinghi 5 de Suiza en 2010, en la America´s Cup de Valencia.
Spithill, el gran perdedor de hoy en Barcelona, es uno de los mejores skippers de todos los tiempos. Fue el timonel más joven de la historia de la America´s Cup a los 21 años, ganó su primera copa en 2010 y la segunda en 2013. En 2021 derrotó como timonel del Luna Rosa al equipo británico de Ben Ainslie en la previa de la America´s Cup de Nueva Zelanda y luego perdió la final en el match race contra los kiwis. Jimmy Spithill sabe mejor que nadie que el costo de dar ventaja a Sir Ben Ainslie es el peor error que puede cometer a bordo.
Y aunque en esta Louis Vuitton Cup de Barcelona, Luna Rossa y Jimmy Spithill cometieron no demasiados errores, se equivocaron suficiente cantidad de veces como para entregar a INEOS Britannia una ventaja de 6 a 4, demasiado grande para un match race que se definía al mejor de siete. El miércoles pasado, cuando los dos finalistas de la Louis Vuitton empataban en cuatro regatas ganada cada uno, Luna Rossa Prada Pirelli eligió mal un foque chico y así perdió la primera de las dos regatas del día. En la segunda regata hubo más errores de Spithill y los italianos, que comenzaron a inclinar sin imaginarlo la balanza para el lado británico de esta historia.
Las ocho etapas hacia la victoria
Hoy Luna Rossa salió al campo de regatas con la ilusión de ganar las dos carreras del día para forzar un desempate mañana, pero los ingleses dejaron pocas dudas desde la partida: dominaron de punta a punta las ocho etapas de una competencia muy pareja y así se llevaron el premio mayor: ser el próximo challenger en el America´s Cup.
Tras una largada muy apretada entre Luna Rossa e INEOS Britannia, el dominio inglés comenzó a gestarse en el lado izquierdo de la cancha. Fue un match race impresionante, con viradas de los dos barcos a centímetros de distancia, navegando a 90 kilómetros por hora, y con un barco inglés super agresivo, marcando la cancha sin piedad a los italianos.
El equipo de Ben Ainslie sabía que no puedía dejar crecer a los del Luna Rossa y por eso comenzaron desde la primera etapa, la “leg” inicial, a destruir poco a poco el ímpetu de los italianos. Recorrieron el primer tramo de la carrera en pocos minutos y llegaron a la boya de barlovento a 150 metros de los italianos, unos 10 segundos de diferencia que, en estas regatas, pueden ser el principio de una eternidad.
En la segunda etapa de la regata final, INEOS Britannia estiró a 250 metros en la diferencia con el Luna Rossa. Poco a poco fue creciendo la impresión de que no habría nada que hacer del lado italiano, salvo esperar un error de Ben Ainslie, que casi nunca se equivoca.
La tercera “leg” mostró a INEOS Britannia manteniendo el dominio y Luna Rossa acortando por momentos la distancia, pero siempre tomando los vientos sucios de la estela del barco británico. No hubo cambios importantes en la tercera y en la cuarta etapa. En la quinta leg los italianos eligieron el lado derecho de la cancha de regatas y lograron acortar más la distancia con el Britannia, pero la estrategia defensiva de Ainslie, buscando siempre marcar al Luna Rossa, dio resultados: Italia nunca logro tomar la delantera a pesar de haber bajado a 20 metros la distancia en el final de la etapa cinco y de tener derecho de paso en varios cruces.
El comienzo de la etapa seis mostró al Luna Rossa pegado al Britannia, pero sin chances de quitarse de encima la marca de los ingleses, que volvieron a imponer su estrategia de defensiva en este match race final. La penúltima de las ocho etapas comenzó nuevamente con los italianos buscando acortar distancias del lado opuesto al elegido por INEOS Britannia, pero con el equipo inglés yendo a marcarlo rápidamente para mantener su estrategia defensiva como clave para alcanzar la victoria final.
Ninguno de los dos barcos cometió errores, ninguno perdió el vuelo y así INEOS Britannia se llevó la regata de principio a fin, y triunfó en la Louis Vuitton Cup para transformarse en el próximo challenger del campeón, Emirates Team New Zealand.
Las regatas de esta America´s Cup, de no mediar errores en el control de vuelo de los barcos, se definen casi siempre en el control de la largada: el que larga bien, controlando por centímetros al adversario, se queda con la carrera. Así llegó INEOS Britannia al triunfo de estas finales de la Louis Vuitton Cup. Así logró Ben Ainslie romper el maleficio y llegar a una America´s Cup después de larguísimos, eternos, sesenta años de espera.
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